Actualmente existen más de 100 sistemas de clasificación para valorar la calidad de la evidencia (West S, 2002), cada una con sus características y limitaciones particulares.
Esta proliferación de clasificaciones y las diferentes interpretaciones de los grados de evidencia, plantea serios problemas a las enfermeras que quieren que quieren hallar el mayor grado de evidencia para sus prácticas. El concepto de EBE, va unido a la homogeneidad, a la estandarización de las practicas profesionales , con lo que esta diversidad en las escalas de gradación de la evidencia parecen contradictorias.
En el año 2000 y con el objetivo de abordar las deficiencias de los actuales sistemas de clasificación, personas expertas en estas clasificaciones y en la elaboración de GPC crearon el grupo de trabajo "Grading of Recommendations Assessment, Development and Evaluation (GRADE) Working Group". Este grupo de trabajo ha desarrollado el sistema GRADE, el cual persigue hacer juicios más coherentes y que la comunicación de dichos juicios pueda respaldar opciones mejor fundamentadas en la atención sanitaria.
El siguiente cuadro, extraido de la Traducción Grade BMJ de Atención Primaria muestra los criterios que se siguen paea asinar los grados de evidencia.
Esta proliferación de clasificaciones y las diferentes interpretaciones de los grados de evidencia, plantea serios problemas a las enfermeras que quieren que quieren hallar el mayor grado de evidencia para sus prácticas. El concepto de EBE, va unido a la homogeneidad, a la estandarización de las practicas profesionales , con lo que esta diversidad en las escalas de gradación de la evidencia parecen contradictorias.
En el año 2000 y con el objetivo de abordar las deficiencias de los actuales sistemas de clasificación, personas expertas en estas clasificaciones y en la elaboración de GPC crearon el grupo de trabajo "Grading of Recommendations Assessment, Development and Evaluation (GRADE) Working Group". Este grupo de trabajo ha desarrollado el sistema GRADE, el cual persigue hacer juicios más coherentes y que la comunicación de dichos juicios pueda respaldar opciones mejor fundamentadas en la atención sanitaria.
El siguiente cuadro, extraido de la Traducción Grade BMJ de Atención Primaria muestra los criterios que se siguen paea asinar los grados de evidencia.
Por otro lado, el National Institute for Clinical Excellence (NICE) es una organización independiente del National Health Service de Reino Unido que es responsable de las directrices nacionales para la promoción de la salud correcta y la prevención y tratamiento de la salud de los enfermos, y también han desarrollado unas escalas de gradación de los niveles de evidencia muy utilizadas en nuestro entorno. Dependiendo del nivel de evidencia del estudio, así será su grado de recomendación. Dejadme apuntar, que en último lugar en cuanto a niveles de evidencia, se encuentran las opiniones de los expertos y las basadas en experiencia clínicas (otra prueba más de que la razón "es que siempre se ha hecho así" no es razón suficiente para reforzar una práctica, al igual que la práctica basada en la "videncia" de los expertos).
Una vez realizada la lectura crítica de un estudio, podemos razonar, basandonos en una u otra escala de valoración el grado de evidencia y la fuerza de recomendación de dicho estudio, con lo cual, si el hallazgo es recomendable, podemos plantearnos el implementar la nueva practica en nuestro trabajo.
Podemos encontrar información ampliada facilmente, y hasta que la colaboración internacional no llegue a un acuerdo, la opción NICE parece ser la más comunmente utilizada en nuestro entorno (recomendación emitida por Marzo Castillejo, M. y Viana Zulaica, C.; en Fisterra)
Una vez realizada la lectura crítica de un estudio, podemos razonar, basandonos en una u otra escala de valoración el grado de evidencia y la fuerza de recomendación de dicho estudio, con lo cual, si el hallazgo es recomendable, podemos plantearnos el implementar la nueva practica en nuestro trabajo.
Podemos encontrar información ampliada facilmente, y hasta que la colaboración internacional no llegue a un acuerdo, la opción NICE parece ser la más comunmente utilizada en nuestro entorno (recomendación emitida por Marzo Castillejo, M. y Viana Zulaica, C.; en Fisterra)
Hola, este campo constituye una de las principales fuentes de confusión cuando se trata de aplicar los conocimientos científicos actuales en la práctica diaria; en primer lugar por la confusión entre la "fortaleza" de una recomendación en concreto y la "fortaleza" de la evidencia (su grado de calidad) en la que dicha recomendación se basa.
ResponderEliminarPor otra parte, dentro de ambos aspectos la existencia de múltiples clasificaciones fundamentadas y promovidas por diversas organizaciones con un número diferente de 'escalones' y con criterios distintos y, a veces, no comparables provoca confusión por ejemplo a la hora de leer Guias de Práctica Clinica.
A mi particularmente me parecen muy oportunas las clasificaciones de la JBI porque tienen en cuenta los estudios cuantitativos, los artículos de profesionales de reconocido prestigio y, entre los cuantitativos, estudios de casos y controles; estudios todos ellos muy extendidos en la investigación de nuestro "arte de cuidar" donde las intervenciones son difícilmente cegables.
Creo que es uno de los temas que crean más controversia. Me da la sensación de que los profesionales, y sobre todo los revisores, se guian por las clasificaciones a las que estan más acostumbrados. De todos modos, la final, las diferencias no son tan acusadas. Pero si que opino que es necesario llegar a consenso en este aspecto... tanta clasificación nos aleja de la homogeneidad buscada.
ResponderEliminarLa JBI lo tiene muy bien estudiado, y muy encarado a la enfermería, pero creo que se necesita formación específica... y en eso creo que estamos (por lo menos se van sacando cursos a nivel nacional regularmente).